XIII

 XIII
 
Dulce niña, niña dulce,
oh! Que has fantaseado con tu amor perdido,
que nunca has encontrado
penitente eres en este averno.

Oh! Corazón melancólico
clamando el fin de este suplicio
mira niña dulce, dulce niña;
mira a ese caballero que señales te da.

Míralo gallardo, melancólico
perdido, perdido como tu
errante te sonríe, en lo profundo del bosque oscuro
su mano cortés te tiende,
el quiere tu inocente corazón.

El ya no tiene corazón,
su amada murió, el desandando 
muere con cada latido de su miserable pecho,
solo buscando otra luz para su enloquecía razón.

Oh! Dulce niña mírate con le abres tu pecho
como tierna e inocente lo atraes a tu seno,
mírate como consigues tu querer.

En el edén se profesan amor eterno,
mírate radiante de blanco,
con un brillo sobrenatural en tu rostro
has encontrado lo que siempre has buscado.

Míralo, esperándote gallardo frente al altar,
míralo, están en la orilla del implacable mar
ya llegaste con él al altar,
el sacerdote a dicho las palabras santas;
solo la muerte los puede separar.

Solo son las palabras santas;
solo la muerte los va a separar,
mira dulce niña como los ángeles y los demonios
os odian y de vosotros y de vuestro amor envidia tienen.

Mira como urden el plan;
como en vuestra noche, vuestra amorosa noche
muerden a tu amado encontrado,
míralos, como envían la adorada esposa muerta,
mira como su primer amor lo muerde.

Mira como la bella criatura lo sangra,
que pálido esta, 
mira las profusas bolsas oscuras debajo de sus lánguidos
y hermosos ojos, ahora ya fatigados
mira su delgadez mortuoria.

Oye como la paciente muerte espera,
huele el putrefacto perfume de ella en su delicado cuerpo,
ve como su desgarbada figura penetra en vuestro aposento
y el infunde su último aliento.

Ahora, dulce niña de cabellos oscuros,
y de bellos y tristes ojos café,
oye los últimos extractores de su agobiante respiración
son consumados,
oye sus últimas palabras:
las amo a las dos.....

Oh dulce niña, niña dulce
que cruel es el destino,
cruel el Dios del cielo
que te dio tu amor solo por una, única noche.

Oh niña dulce, mírate detrás de fúnebre cortejo
mira las lagrimas saladas que por tus mejillas corren
escucha a los pájaros trinar en una melancólica marcha fúnebre
mírate con vestido negro
tan negro como tu cabello.

Mira ya su funeral ya pasado,
mírate desdichada, como languideces
bella, y ahora fría, 
mira tu melancolía, oye tu triste llanto por tu ser amado muerto.

Has dejado esta vida, has adoptado la muerte,
ella amándote te consuela,
mientras te da las herramientas de tu propia destrucción,
mira como con un cuchillo te sangras las muñecas por tu amor.

Mírate por última vez
mírate pálida en tu ataúd,
mírate a tus ojos que ya ven sin mirar.........

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