Zamarit

XXIV

Te vi y te ame, sin saberlo,
fue una melancólica mañana,
incipientes rayos del sol evaporaban trémulos las gotas de roció,
con una mirada de tus ojos
supe que me perdería por ellos.

Ya después de años de conocerte,
deseo una locura contigo,
solo la caricia que mi piel reclama,
la compañía, que mi alma clama
solo tú me puedes obsequiar.

Solo, tu compañía,
solo una noche bajo una luna llena
que con sus rayos acaricie nuestros cuerpos
en placido paseo por campos perfumados.

Solo tu respiración en mi nuca
y un te amo por la tumba próxima
yo te amo en esta vida,
para cuando la diosa fúnebre,
acaricie mi alma tu mano
sea quien me saque de este mundo.

Dame ese regalo y lo atesorare eternamente,
no tengo dios sino tú,
idolatro tu belleza, y a ti consagro
mi santa muerte,
ya que perezco sin tus caricias
y el codiciado te amo mañanero,
las melodiosas palabra que tu hermosa boca pronuncian
cual bálsamo de mis heridas,
deseando saciar mí sed en ti.....


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